«Renuncié y no me he muerto de hambre» – Carolina Chavate

Renuncié a mi trabajo y no me he convertido en un monstruo como Gregorio Samsa, estoy bien. De hecho, nunca me había sentido con tanta energía creativa y me parece que eso es bueno.

Creo que la mayor parte de eso que llamamos presión social puede resumirse en una pregunta cotidiana: “¿En qué trabajás?, ¿Para quién o en dónde trabajás?” El mundo no está preparado para escuchar la respuesta de “haciendo realidad un sueño, un proyecto personal”, “obteniendo inspiración para mi libro”, “estoy creando una serie fotógrafica de lo que la gente pisa con la suela de sus zapatos”, “hago dibujitos y los publico en mis redes sociales”, “me gusta ir a ver pelis y después reseñarlas en mi blog”, “hago croché”, ”tengo un taller de vitrales en casa”, “toco el Ukelele”, “entrevisto gente en la calle”, “hago malabares”, “bailo”, “cocino y experimento con alimentos”, o “viajo y cuento historias del movimiento del mundo”.

NO.

El mundo no está preparado para escuchar que tenés escrita una lista de objetivos idealistas, aunque sean específicos, medibles, alcanzables, aunque tengan sentido y significado; y que además estés tratando de tachar punto por punto de esta lista. El mundo además cree que esa es la opción fácil, cuando en realidad cuesta y cuesta desde adentro porque la verdad es que para ese mundo, es más fácil complicar que simplificar.

Me cuesta creer que haya gente de mi edad que sigue soñando con jubilarse para dedicarse a aquello para lo que nació cuando tenga prescripción médica para enfermedades derivadas del estrés de todauna vida, pantuflas y por fin libere la hipoteca de una casa llena de cosas inútiles que no podrá llevarse a la tumba. ¿Por qué seguimos viviendo como si fuera a haber tiempo siempre? (una vieja pregunta).

Ayer por ejemplo estuve caminando por el centro y curiosamente en diferentes momentos, me encontré con tres amigos. Todos de escalas socioeconómicas diferentes (así nos miden ¿no?). Uno es vendedor ambulante de peliculas (tiene las mejores siempre) , otro es profesional, talentoso y empleado. El tercero, un gerente de un importante lugar de la ciudad.  Eran las 5:30 pm y los tres estaban devastados, ojos rojos, lentos, torpes. No eran lo que yo he conocido de ellos. Por supuesto me hicieron espejo, me ví a mi misma hace meses, secándome.

Cuando estamos ocupados nos volvemos estúpidos, estoy convencida de que las mejores ideas, proyectos y la mejor versión de nosotros mismos surge cuando nos regalamos tiempo… y esto es raro porque nacemos con tiempo pero malvendemos las horas de nuestra vida a empresas y a proyectos en los que no creemos y cuyos valores no compartimos.

En la edad media, el Feudalismo decía que teniamos que poseer tierra para ser felices, luego vino la era industrial inventando necesidades que comprar para alimentar el capital y hacernos sentir miserables sino lo teníamos y ¿ahora? No soy yo la única que siente que las cosas están cambiando, ésta generación tiene muchas cosas qué decir.

SER + HACER +TENER = NACER + ESTUDIAR + TRABAJAR + COMPRAR +REPRODUCIRSE +MORIR

Todos los días leo posts, tuits o converso con amigos y me convenzo de que resulta extremedamente complicado obtener éxito/felicidad/satisfacción o que nos vaya bien, haciendo algo que no amamos. Yo creo que no hemos venido a este mundo a hacer cosas que odiamos a cambio de unos cuantos pesos, sería pedirle demasiado poco a la vida, y eso es algo que la muerte súbita de tres seres queridos me ha enseñado.

Tampoco es justo dejar de hacer algo que amamos por dinero y para ello hay que estar muy conectado con los pocos deseos, deben ser pocos,  que nos son esenciales. (Ahora parezco Coelho… perdón, es lo que me atraviesa en este momento y este es mi blog).

Hace meses escribí una historia para una revista que me remuneró económicamente por ello. No pude estar más feliz y lo tomé como una señal. El editor, a quien admiro muchísimo, me reseño como “escritora colombiana”. Lo que me sorprendió de esto es que alguien muy cercano a mí me dijo que era una pretenciosa, que yo no era escritora “tenés que poner que sos abogada, ese es tu título” ¿Abogada? pero si yo no ejerzo, ¿Qué dirían los realmente abogados de alguien como yo?

Voy a cumplir 27 y tengo varios diplomas de los cuales uno o dos me hacen sonreír. Al mirarlos comprendo que el oficio (hermosa palabra) no nos lo da nuestro título. El oficio, nos lo da nuestro talento. Escribir, para mí es una forma de respirar, no son solo signos de colores que se escurren en una página, no es solo seguir llenándo libretas Moleskine compulsivamente.

{Gracias, a vos que seguís leyéndome}

Hace poco leí que lo único que necesitamos para convertirnos en artistas (léase Escritores) es la capacidad de asombro. He dedicado estos últimos días a salir a buscar  lugares y personajes que habitan el mundo para encontrar así aquello que nos hace sentir vivos…a todos.

Tengo un mantra: IR, VER, ESCRIBIRLO.

uno tiene una idea

Entonces, ¿No soy escritora? o ¿tengo que ganarme el premio Alfaguara, un nobel, y esperar a que alguna editorial me haga digna de ser explotada por las regalías de un libro para que después me entrevisten y algún círculo de intelectuales me destroce? o ¿Puedo seguir autopublicándome,  escribiendo por encargo y seguir creando con confianza y disciplina? El mundo necesita seres que pongan su talento a circular en este proyecto colectivo que se llama planeta tierra.  Así vibra la cosa, nada es original pero vale la pena poner al servicio de los demás esas pequeñas cosas que bien enfocadas nos hacen únicos y así ir desarrollando y perfeccionando lo que amamos hacer.

¿Y esto cómo para qué o qué?

Para vivir. El dinero llegará como consecuencia, como valor o señal de que  le estamos  aportando algo al mundo o a la sociedad a la que elijamos pertenecer. Esto hasta el más racional lo sabe, el dinero fluye y como se va, vuelve. Después de todo el dinero es, lo que hagamos con él. Algunos aún sueñan con acumularlo… yo creo que en ese sentido, es más importante la creatividad que el dinero.

Me quedo con esa frase que le escuché a Pepe Mujica, uno va haciendo suyas algunas frases, “Cuando tú compras con plata, no compras con plata, compras con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para ganar esa plata” … hay que escuchar a los sabios.

Así que la próxima vez que alguien me pregunte ¿ En dónde trabajás o a qué te dedicás?  voy a responder soy escritora… freelance.

SERVICIOS DE ESCRITURA CREATIVA, A LA ORDEN

(Cuando nos sentimos RESPONSABLES, INSPIRADOS y COMPROMETIDOS nada puede salir mal… es otro mantra)

Autora:
Carolina Chavate

Comentarios

Una respuesta a ««Renuncié y no me he muerto de hambre» – Carolina Chavate»

  1. Hola, pasé por aquí por casualidad y me leí este post y me ha parecido muy bueno…muchas gracias…porque tus palabras me hacen pensar bastante..un placer leerte a partir de ahora y un saludo.

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