La tortuga es
un capricho
en el mundo.
No es como
la liebre
de la que
todos hablan
y es barata en
las carnicerías.
La liebre
siempre gana
la carrera
en todos los cuentos
del mundo
porque es lo que
todos quieren.
Mi forma de ver
las cosas
es que la tortuga
nunca aceptó
la apuesta.
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