¿Hace falta un Campus McDonald’s en la Universidad Politécnica de Valencia?
El pasado 26 de febrero se celebró en el Parainfo de la UPV un evento organizado por McDonald’s, con el completo apoyo de nuestro magnífico y valorado Ministerio de Empleo y Seguridad Social dentro de su Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven.
Nos gustaría saber porqué la UPV da su visto bueno para realización de un evento como este dentro del contexto universitario. ¿Acaso la universidad no dispone de filtros de selección? Según la página web del excelentísimo Campus McDonald’s este evento «tiene el objetivo de proporcionar a los jóvenes una jornada de formación gratuita para orientarles en su salto al mercado laboral». Bien. Sabemos de sobra que uno de los objetivos de la carrera universitaria es el salto al mundo laboral (aunque no debemos olvidar la carrera investigadora o los aspectos docentes). Está muy de moda defender la empleabilidad del alumnado dentro de las políticas universitarias, pero esta defensa puede llevar a trampas peligrosas porque es importante el trabajo, pero ¿cualquier trabajo y bajo cualquier condición? Recordemos que la última reforma laboral nos ha dejado en una situación laboral muy frágil y precaria. Según el gobierno actual esta reforma busca «facilitar la adaptación de los salarios y otras condiciones de trabajo a la productividad y competitividad empresarial». Obviamente esta adaptación va en detrimento de los derechos sociales y laborales de los y las trabajadoras. ¿Qué nos ofrece el Campus McDonald’s en este contexto? Pues una serie de preguntas valiosísimas: «Qué buscan hoy las empresas? ¿Cómo me enfrento al proceso de selección? O ¿Qué es ser empleable y cómo hacer de mi perfil ‘el perfil idóneo’ para un puesto?». Parece de chiste, ¿no? Quieren enseñarnos a adaptarnos a la nueva situación laboral que les viene de perlas.
Pero, ¿por qué nos empeñamos en rechazar este tipo de eventos en la universidad pública? La nuestra es una resistencia que lleva unos años de rodaje desde la implantación del plan Bolonia. Sabemos que la degradación y la precarización de los estudios universitarios va de mano de la degradación y precarización del trabajo. No queremos que nuestra universidad pública acabe bajo el control del mercado y de las grandes empresas, que decidan nuestra formación según el tipo de empleados que necesiten. No queremos que la educación acabe transformándose en una educación para el empleo. No queremos este tipo de eventos que vienen de mano del McDonald’s, que es una empresa que obviamente saca provecho del abaratamiento de los despidos, de los contratos basura y de las miserias del salario mínimo interprofesional. McDonald’s una empresa que, EE.UU., las condiciones laborales en [sus] centros son tan precarias, de las peores, que muchos de sus trabajadores tienen que recurrir a otros empleos y aún así dependen de las ayudas sociales para llegar a fin de mes»(2). Una empresa que ya, ante movilizaciones en Granada en 2007, respondió con «despidos, reducciones de contrato, presión psicológica, vacaciones impuestas, lista negra…» (3).
La UPV está permitiendo la entrada de empresas que nos digan cuales son las habilidades empleables, las cualidades de un buen trabajador. Con estos eventos está permitiendo el cambio paulatino a una universidad enfocada en producir sujetos empleables sin capacidad crítica. El fin último de estas incursiones de las grandes empresas en la universidad es el de conseguir modelar un tipo de trabajador que se adapte sin problemas y sin quejas a las condiciones laborables miserables que ofrecen.
Esto ya se expuso en el informe presentado a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) en 2009. El debate sobre las competencias. Entonces ya se presentaban algunas inquietudes en las empresas españolas «entre las [que] son habituales las quejas sobre actitudes consideradas inauditas por parte de los demandantes de empleo, como conocer con antelación antes de su incorporación el horario de trabajo, el salario o el periodo de vacaciones. Los comentarios relativos a esas cuestiones son interpretados como síntomas de escasa disponibilidad y poca motivación hacia el trabajo». Los jóvenes trabajadores universitarios sabemos demasiado. «Tantos cursos y masters no les han enseñado las normas de disciplina a las que debe someterse la fuerza laboral. Incorporan hábitos ajenos a las constricciones de los centros de trabajo que no encajan bien en el modelo piramidal de la gerencia capitalista» (4).
Tampoco clamamos por un «fuera empresas de la universidad» ciego y acrítico. Exigimos una revisión de los valores de la universidad para que la colaboración se de con empresas más justas, éticas o democráticas. Porque actualmente el rasero que decide qué empresa entra en la universidad es el del dinero. Porque lo único que consigue McDonald’s hablando de responsabilidad social y de empleo de calidad es vaciar de sentido esas palabras.
No, no hace falta un Campus McDonald’s en la universidad. Ni hace falta ni lo queremos, por todo lo que representa, por todo lo que significa. Porque no construimos un mundo mejor promoviendo largas jornadas de trabajo donde se cobra una miseria. Porque no cambiamos nada si seguimos dando cancha a empresas que explotan, expropian y empobrecen la calidad de vida de las personas.
Fuente:
Asamblea BBAA UPV
Anexos y fuentes:
- McDonald’s de la comida basura al trabajo porquería. Esther Vivas
- iBid
- iBid
- Galcerán, Monserrat. «La educación universitaria en el centro del conflicto» en La Universidad en Conflicto. Capturas y fugas en el mercado global del saber.
2 comentarios
Andreu
Mi mas sincero apoyo, hay que tener mucho valor para hacer esto.
Kaf Café Benimaclet
Esta es la página de los organizadores: http://www.assembleabbaaupv.wordpress.com/ – +info allí.