Anoche soñé contigo. No creas que fue algo impresionante, pero soñé que estaba contigo. Caminada como un fantasma, deambulando entre la tierra y el vacío, mis pasos me llevaban hasta un cuarto donde la luz apenas nos iluminaba, no se distinguía donde empezabas tú y donde terminaba yo; ahí estábamos, un par de pervertidos intentando desesperadamente alimentarse el uno del otro, usaba tu cuerpo para darle vida a mi alma y tu hacías lo mismo.
¿Qué significaba eso exactamente? ¿Tenía eso algún significado? ¿Tenía alguna importancia?
Eso no pasaría jamás, por supuesto que no, pero era una fantasía grandiosa. Un Sueño grandioso para soñarlo allí, junto a mis sensaciones.
La desdicha es muy variada, siempre avanza en todas formas y tamaños sobre la faz de la tierra, cubriéndolo todo, marchitándolo todo. Pero un día todo eso te deja de importar y de pronto, estas parado en el final del camino, frente al vacío. El vacío es un espejo que refleja mi cara en la cual no veo nada, el universo me dice que es hora de partir.
Mi cuerpo está listo, pero yo no.
Autor y fotografía:
Ivan Ponce
1 comentario
Verónica
Siempre es un placer, leer tus publicaciones …