«Nos hemos acostumbrado a no pensar en infinito y nuestra mente es infinita. Cualquier persona puede imaginar el infinito. ¿Qué es el infinito? Algo supergrande donde puede pasar cualquier cosa. Y la televisión y los medios de comunicación tienden a cerrar esta infinidad y compartimentan las cosas y nos dicen lo que está bien, lo que está mal, lo que está regular… y nuestro cerebro tiende a poner las cosas como “en orden”.
De pronto está bien que haya ficciones que crucen estos cajones de información, los destrocen, porque de esta manera el cerebro respira y ve fronteras más allá de lo que contienen estos cajones. Creo que la ficción sirve para esto, la ciencia ficción y la ficción en general».
Autor(a):
El mundo de Rodya
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