Buenas noches lastimados por la vida, heridos por los días que se nos caen de los dedos, que se nos caen por las calles, grises comisuras de los labios roídos sin sonrisa en las estrofas, sólo en la antorcha de las esquinas.

Buenas noches a los que hablan solos y se contestan, los que lloran abrazando un vacío en el costado, abrazando los pliegues de la noche lamiendo rincones y esperando el amarillo a través de la ventana.

Buenas noche patéticos lunáticos, viejas de agua mirando el cielo, obreros cansados de la rutina que arruina, amantes hastiados mujeres en celo hombres ardiendo en la cocina.

Buenas noches tristes camareros de este bar inmenso y lúgubre, perdedores confidentes de perdedores, grises muñecos solitarios, grises macacos embalsamados de poca luz…

…buenas noches soñadores sin noche, tristes milicianos sin fusil ni quimera, vencidos sin guerra y sin medalla, buenas noches superhéroes del dolor, buenas noches ojos rojos sin orejas, buenas noches huérfanos del útero, buenas noches cianuro y opio.

Buenas noches a todos los que creen en algo y lo defienden, a los que hablan mirando, a los que silban y cantan camino a la estación.

Buenas noches hijos de nadie y de todos, porque sangran de abajo los de abajo la ternura y la esperanza que les deben.

Sebastián Vítola