La incertidumbre del paso
del tiempo o la paciencia
del corazón.
Axiomas universales
que todos asumimos
como ciertos y
propios.
Entre la nada pasada y
la nada futura se da lugar
aquello que llaman vida,
el tiempo avanza, inexorable,
mientras el corazón aguarda,
ansioso, para dar
un latido certero.
Ese latido certero que
mata las mariposas
que se reproducen
en tu estómago.
Las calles levantadas
me invitan al teatro
de una despedida
en el andén olvidado
de una estación de tren,
en la que ya no para
ninguna vida.
Procedente de la nada pasada,
con destino la nada
futura.
Autor:
Pablo Ballester | Contacto
Dibujo:
Rocio Batanero Oliva
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