Tras todo este tiempo escribiendo para otros y para mí, he aprendido que mucho se recurre a la autocensura como medio para lograr cierto nivel de aprobación, pero es de esa aprobación que a algunos no nos llena tanto, la aprobación que viene de afuera y no de nosotros mismos.
La escritura es un medio de escape de nuestra cabeza, especialmente para nosotros los narcisistas, y descubrir que preferimos no escapar por temor a la crítica (o en casos mas serio, a dañar a otros), muchas veces nos llena de tristeza.
Supongo que cuando el fin es mas noble, vale la pena quedarse callado, sin embargo la insatisfacción se va acumulando y nos abre un hueco en la pancita, en especial cuando notamos que ya no queremos escribir porque de seguro alguien juzgará, alguien se sentirá aludido, alguien se sentirá herido.
Para escapar de la autocensura se requiere de cierto grado de cinismo.
Ya veremos si me atrevo a alcanzarlo.
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