Ya son dos las campañas que luchan contra el coste humano y el rastro negativo que deja la industria textil a su paso: la campaña Ropa Limpia de SETEM y Detox de Greenpeace, pero esa lucha es insostenible sin la participación de la opinión pública y el consumidor final, lamentablemente a lo único que temen estas grandes empresas textiles es la opinión que el usuario final tiene de ellas.
La campaña Detox desafía a las mejores marcas de empresas textiles para hacer los cambios necesarios, junto a sus proveedores, para eliminar todos las sustancias peligrosas de la cadena de suministro y del ciclo de vida completo de sus productos.
En julio de 2011 se lanzó la campaña en la que se exponía los vínculos del sector textil con la contaminación del agua en China. En la investigación aparecieron grandes marcas internacionales. Tras meses de campaña, Nike, Adidas, Puma, H&M, C&A, Li-Ning y Marks & Spencer aceptaron el reto de Detox.
En noviembre de 2012, Greenpeace saca a la luz un análisis en varios países del mundo que revela cómo un buen número de marcas de ropa conocidas internacionalmente venden prendas que contienen sustancias químicas peligrosas.
ZARA (principal marca de moda del mundo), Mango, Esprit, Levi’s y Benetton son algunas de las marcas más famosas que se han comprometido a eliminar todas las sustancias químicas peligrosas en 2020.
Pero aún hay muchos fallos en la cadena de producción con un coste humano y social importante:
Guía para vestir sin trabajo esclavo
Para garantizar un futuro libre de tóxicos, las empresas deben eliminar las fuentes de contaminación en origen, y de forma prioritaria, el uso de once sustancias químicas prioritarias.
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